Se podrían decir muchas cosas del partido de ayer: que el Real Madrid batió récord de valoración (179), el de más partidos anotando más de 100 puntos (10), el de más asistencias de un equipo en un partido (35) y el de más puntos anotados esta temporada (129), que Facundo Campazzo le va a retirar el saludo a Sergio Rodríguez tras superar las 15 asistencias que repartió el argentino el martes (curiosamente, en el Palacio también, frente a Estudiantes), que Fuenlabrada no apareció en ningún momento, que el Chacho superó a su entrenador y acabó con 19 asistencias (otro récord) o que Thompkins anotó 25 puntos. Sin embargo, la clave de esta victoria es algo tan simple y evidente como el descanso.
Y es que se nota a leguas que los de Laso están más frescos física y mentalmente de lo que han estado en todo lo que llevamos de temporada. Sí, la eliminación en la Euroleague fue un golpe muy duro, pero de lo malo se puede sacar algo positivo y, en este caso, el hecho de jugar sólo un partido a la semana está ayudando a que los jugadores blancos se recuperen, que defiendan y ataquen con más intensidad y que vuelvan a dar espéctaculo semana sí, semana también.
Volviendo al encuentro de anoche, todo le salió bien al Real Madrid. Montakit Fuenlabrada no plantó cara en ningún momento (el enfado de Jota Cuspinera debió ser de órdago, como ya dejó entrever), y los blancos jugaron a placer, de la mano de un Sergio Rodríguez que, sencillamente, llegó al Nirvana. El cuerpo del base tinerfeño estaba en la pista, pero su mente y su alma estaban en otra dimensión, una a la que nosotros, simples mortales, no podemos llegar. El Chacho superó ayer su tope de asistencias, superó a Laso y, de postre, superó el récord de más asistencias repartidas en un partido ACB (19), que hasta ayer ostentaba Quim Costa. Y el hecho de que superara el récord gracias a la asistencia que dio para el triple de su gran amigo Andrés Nocioni seguro que lo hizo mucho más especial.
Pero no sólo brilló el número 13 blanco. De los 12 jugadores que pisaron el parquet, ocho superaron los 10 de valoración y, de esos ocho, cuatro pasaron de los 20 de valoración (Rodríguez, Ayón, Thompkins y Llull). Mención aparte para Rudy Fernández, que lleva dos partidos anotando sólo desde el 6'75, y que dejó la acción del partido anotando un triplazo desde 20 metros sobre la bocina. El único que se quedó sin anotar fue Luka Doncic, aunque se dejó ver en defensa con dos tapones (Nocioni le está enseñando bien, porque menudo tapón puso el argentino).
Poco más se puede decir. El Real Madrid está fresco y con un hambre feroz. Van a por la Liga, y el partido de ayer sirvió para hacer una declaración de intenciones a sus rivales: hemos vuelto.
Imágenes: ACB photo.
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