Un triple de Satoransky abría la veda del Clásico, rápidamente contestado por un palmeo perfecto de Felipe. Sin embargo, íbamos a ver unos primeros diez minutos que, si no fuera porque lo estábamos viendo con nuestros propios ojos, no lo habríamos creído (y seguro que más de uno se habrá pellizcado para comprobar que no estaba soñando). Por una parte, teníamos a un FC Barcelona que lo metía todo, que reboteaba y defendía, y, por otro, un Real Madrid absolutamente desconocido que no anotaba ni por casualidad, que parecía haber olvidado lo que era un rebote y que tampoco defendía. ¿El resultado? Un 25-4 sonrojante para los de Laso al final del período. Poco más se puede decir.
El Real Madrid empezó a dar muestras de mejora, paso a paso, empezando el cuarto con un mate de Lima y, tras dos triples de Pau Ribas, llegó Nocioni para anotar el primer lanzamiento blanco desde el 6'75. El argentino fue protagonista del partido poco después, aunque por otros motivos menos agradables. Aún no sabemos bien cómo, los árbitros le pitaron una técnica por flopping, pese a que se veía claramente que era derribado por Doellman, y Laso tuvo que sentarlo antes de que le cayera la segunda por protestar. Un tapón de Taylor daba ánimo a los suyos, pese a que quien realmente dio un golpe de autoridad sobre la mesa para llamar la atención de sus compañeros fue, un día más, Sergio Llull. El base menorquín anotó dos triples seguidos para acercarse en el marcador que supuso un punto de inflexión. Un triple de Taylor y un mate de Ayón finalizaban el cuarto, con un parcial de 0-12 para los blancos que mejoraba levemente la imagen ofrecida (40-28, minuto 20).
Un triplazo de Carroll daba inicio a los últimos diez minutos, y también, ponía por delante a su equipo por primera vez en el partido (costaba de creer, después de lo que se había visto en el primer cuarto), diferencia que se encargaron de aumentar Felipe y Ayón. Pese al arreón blanco, Perperoglou y Satoransky no le perdían la cara a la batalla, anotando un triple y un mate respectivamente. Sin embargo, Sergio Rodríguez y Gustavo Ayón decidieron poner el toque de espectáculo realizando dos alley-oops prácticamente iguales que silenciaron el Palau y dieron alas a los de Laso. Pero, por desgracia, un 2+1 de Perperoglou (el mejor de los locales hoy), la defensa de Joey Dorsey y las pérdidas en el rebote de los últimos segundos condenaron al Real Madrid, que finalmente perdía el encuentro por 72-65.
Que no cunda el pánico. Quedan aún tres jornadas y seguimos con opciones de clasificarnos. No se puede volver a fallar, pero yo, en este equipo, creo.
Imágenes: Getty Images.
Que no cunda el pánico. Quedan aún tres jornadas y seguimos con opciones de clasificarnos. No se puede volver a fallar, pero yo, en este equipo, creo.
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