Se ha escrito mucho sobre el partido, los jugadores, el ahora reconocimiento a Laso, pero me parece necesario reconocer el mérito de todas esas personas que rodean al club y en especial, de la afición madridista, esa que en cada partido de su equipo se daba cita en el Palacio animando hasta el final. No fallasteis al equipo en ningún momento, ni siquiera cuando los resultados no llegaban allá por el mes de diciembre. Siempre creísteis en este equipo, permanecisteis fieles a los colores, y el destino ha sabido recompensar vuestra fidelidad. En la Final Four se demostró la unión que existe entre plantilla y la afición, una unión que va más allá de una pista de baloncesto, y es que sois más que una simple afición.
Una afición ejemplar, que no se ve envuelta en polémicas, cuyo único objetivo es animar al Real Madrid pase lo que pase. Mención especial merecen también Pedro Bonofiglio, nuestro speaker, el mejor speaker que podría tener el mejor club, nuestras increíbles cheers (María, Ana, Stephanie, Olalla, Sandra, Vicky, Myrian y Lara) y todos los miembros del club que trabajan desde el anonimato.
Cuando uno visita el Palacio admira la intensidad de los Berserkers (han acompañando incluso al equipo fuera del Barclaycard Center, viajando cuando era posible) y la peña Los Ojos del Tigre, que han creado un ambiente especial en cada partido disputado en casa esta temporada, pero nos olvidamos de todos aquellos que en cada partido han ocupado su sitio en la grada, disfrutando con el juego de su equipo, pero también aprendiendo a sufrir con cada derrota. Así mismo, nos olvidamos de aquellos que habéis acompañado al equipo desde casa, sufriendo delante del televisor. Todos habéis puesto vuestro granito de arena para que este sueño se hiciera realidad. Todos vosotros sois los héroes anónimos de este éxito.
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